La biodiversidad se distribuye de manera irregular alrededor de la Tierra siguiendo patrones naturales complejos. Se la estudia a través del análisis de unidades distintivas llamadas ecorregiones que representan un territorio geográficamente definido, en general extenso, en el que predominan determinadas condiciones climáticas, de suelo, hidrológicas, florísticas y faunísticas relativamente uniformes o recurrentes. De este modo, cada ecorregión contiene una mezcla geográficamente distintiva de especies, comunidades naturales y condiciones ambientales; sus límites no son fijos y definidos sino que se trata de un área diferenciada por procesos ecológicos y evolutivos importantes que interactúan de manera predominante.
En esta obra se han definido, en función de la distribución de la fauna, cuatro ecorregiones para la provincia de Córdoba (Ver Mapa 1). Ellas son: llanura chaqueña, sierras, llanura del espinal, llanura pampeana y el conjunto de los ecosistemas acuáticos.
(Ampliar en PDF Capítulo 2).
Esta ecorregión es una planicie que está emplazada en el N y NO cordobés. Su régimen térmico se caracteriza por temperaturas máximas absolutas de 45º C y mínimas absolutas de -6º C. El período lluvioso se extiende de octubre a marzo (480 - 580 mm), donde se producen el 80 % de las precipitaciones anuales. La vegetación original es un bosque xerófilo con la presencia del quebracho blanco como especie dominante y de otras especies arbóreas de menor porte como el algarrobo negro, el mistol, el tala, la brea, y el tintitaco.
En esta ecorregión encontramos principalmente animales adaptados a condiciones de aridez y elevadas temperaturas. Así, la mayoría de sus anfibios se reproducen explosivamente y en corto tiempo aprovechando las escasas lluvias concentradas entre fines de la primavera y el verano y presentan notables adaptaciones a la sequía, como las que se observan en la rana mono.
Esta región se encuentra hacia el oeste de la provincia y está integrada por las Sierras del Norte y las Sierras del Sur. Las Sierras del Norte escasamente superan los 1.000 metros de altitud. Las Sierras del Sur constituyen el cuerpo principal y de mayor extensión de la región serrana de Córdoba. Las sierras, en general, se caracterizan por su gran variedad climática, determinada principalmente por la topografía. La vegetación se distribuye a lo largo del gradiente altitudinal formando pisos o “zonas de vida”. En el segmento más bajo se extiende el bosque serrano chaqueño, conformado por especies tales como el molle de beber, el coco, el horco quebracho y el molle. A medida que se asciende, los elementos del bosque serrano van disminuyendo, confundiéndose con el matorral serrano o romerillal. En las Sierras del Norte, el piso superior está constituido por palmares, mientras que en las Sierras del Sur por los pastizales y bosquecillos de altura.
Desde el punto de vista faunístico, esta región constituye una de las más interesantes y menos estudiadas. Gracias a la heterogeneidad de sus ambientes, es un área de gran diversidad, donde habitan animales extraordinarios como el cóndor, el puma, y una gran cantidad de aves, anfibios, reptiles y mamíferos, con alto grado de endemismos.
La llanura del Espinal suaviza gradualmente su relieve con pendiente continua y hacia el este. Se trata, en realidad, de un gran ecotono entre las regiones chaqueña y pampeana. Originalmente, las comunidades vegetales estaban compuestas por bosques de algarrobo y ñandubay, pero en la actualidad la mayor parte de la región se ha convertido en tierras de cultivo. Los pequeños relictos de vegetación original que aún se encuentran están formados por bosques bajos de algarrobos blanco y negro como especies dominantes.
Conforme a las propiedades ecotonales de la ecoregión, su fauna está integrada por especies que también habitan en otras ecorregiones de la provincia.
En los ecosistemas acuáticos la predominancia del agua juega un papel fundamental en la determinación de la estructura y las funciones ecológicas. Con excepción de las salinas, la fauna de los humedales de la provincia es muy rica sobresaliendo dos grupos, los peces y las aves acuáticas. La fauna ictícola de Córdoba está compuesta por unas 40 especies, incluyendo algunos endemismos y algunas especies exóticas. Con respecto a las aves, la riqueza es enorme ya que los humedales albergan cientos de especies, muchas de ellas migratorias y que utilizan los cuerpos de agua como paradas estratégicas para sus largos viajes y como sitios de descanso durante el invierno austral. Entre los mamíferos se destacan el carpincho, el roedor más grande del mundo, y el aguará guazú, un cánido adaptado a la vida en humedales.
La laguna Mar Chiquita o Mar de Ansenuza, de aguas salobres, se extiende en la región NE de la provincia. Dada la variación de los aportes superficiales, la laguna crece a expensas del sistema de bañados o retrocede con pulsaciones que dan lugar a un paisaje dinámico, profundamente influenciado por la acción del agua. La escasa vegetación se compone de algunas hierbas efímeras, que pueden tolerar la alta concentración salina y algunos individuos aislados de arbustos como el jumecillo y la verdolaga salada.
Está región está formada por el área de inundación del Río Dulce, que es el tributario principal de la Laguna Mar Chiquita. La vegetación se compone de matorrales halófilos bajos con arbustos suculentos presentes en sectores que no permanecen inundados por largo tiempo. En los sitios sujetos a inundaciones más o menos breves y de escasa profundidad, se observan espartillares.
Este sistema está formado por áreas plano-cóncavas o depresiones de origen tectónico, ocupadas por lagunas permanentes o semipermanentes. Existen en la región alrededor de 1.400 lagunas que ocupan una superficie aproximada de 170.000 ha. En general, las lagunas son poco profundas y están caracterizadas por una gran variabilidad en concentración y tipo de sales. La flora asociada está formada por juncales y totorales en los espejos de agua permanentes y pastizales altos de espartillos o praderas saladas de pelo de chancho, en las zonas periféricas.
La relación entre el régimen pluvial y la demanda de agua para uso humano ha sido uno de los factores concurrentes para que en la provincia de Córdoba se hayan construido aproximadamente 13 embalses. Entre estos lagos artificiales se encuentran los embalses de: Río Tercero, San Jerónimo, Cruz del Eje, San Roque, La Viña, Los Alazanes, Los Molinos, La Quebrada, Pichanas, Piedras Moras, Complejo Hidroeléctrico Cerro Pelado-Arroyo Corto y El Cajón. No obstante su carácter artificial ellos también ofrecen hábitats para la fauna silvestre.
Las Salinas Grandes y de Ambargasta se ubican en el sector NO de la provincia de Córdoba. El área es una extensa planicie, con escasos cursos temporarios de agua superficial. Desde el centro, que constituye un verdadero desierto salino, se presenta un gradiente de comunidades vegetales dominadas por especies tales como el jumecillo, que luego es reemplazado por el jume colorado y por matorrales xerófilos.